Ejercer como cuidador no profesional es una labor que ocupa a buena parte de la población y conlleva una carga física y emocional que puede tener consecuencias en la persona y el enfermo.
Atender a una persona con algún tipo de demencia es una tarea muy exigente; de ella derivan ciertos trastornos que alteran la vida de quienes cuidan de esas personas dependientes, y es necesario identificar cuál es el grado de sobrecarga, para lo que existen ciertas herramientas.
Una de ellas es la Escala de Zarit o test de Zarit (adjuntar pdf y enlazar) es un sistema de medición para valorar la sobrecarga de un cuidador.
Se utiliza en estudios de dependencia en atención primaria y permite identificar el grado de bienestar, sus niveles de consciencia y percepción. Este test dotará de toda la información para entender, a nivel psicológico, el estado del cuidador respecto a su labor.
¿Cómo funciona el Test de Zarit?
La población a la que va destinada este test de Zarit incluye a todas aquellas personas que estén brindando cuidados a uno o más pacientes con algún tipo de demencia diagnosticada.
Este instrumento de evaluación psicométrico destinado a medir el nivel de afección consta de 22 preguntas de las que, en base a su respuesta puntuable, determinará ese nivel de afección que presenta el cuidador.
Los valores de frecuencia de los que dispone el cuidador para puntuar cada pregunta están entre el 1 (nunca) y 5 (casi siempre). Las áreas del cuestionario incluyen tanto las físicas como las psicológicas, además de los recursos financieros y sociales que se invierten en el cuidado.
El rango de puntuación total se situará entre los 22 y los 110 puntos, y cuanto más alto sea el total de puntos obtenido por el sujeto, el cuidador, mayor es el nivel de afección que presenta. Existen varios niveles de corte:
- Sin sobrecarga: 22-46 puntos
- Sobrecarga: 47-55 puntos
- Sobrecarga intensa: 56 – 110 puntos
El objetivo es detectar a tiempo esa afección para no caer en el síndrome del cuidador, y evitar caer en que el cuidador cree un ambiente disfuncional en el que sus labores y actos resulten contraproducentes para todos los implicados.
El síndrome del cuidador
Lo que en definitiva detecta el Test de Zarit es si el sujeto incurre en el conocido como síndrome del cuidador. Este es un estado de en el que la persona cuenta con una gran sobrecarga emocional, física e incluso económica, y que llega a afectar seriamente a la persona, modificando incluso los roles que desempeña cada uno de ellos dentro de su núcleo.
La situación dificulta la rutina y las actividades cotidianas de los cuidadores en el resto de ámbitos de su vida. Puede provocar la pérdida de un empleo, separaciones familiares y situaciones desadaptativas para los sujetos.
El cuidador ha de entender que aparte de su dedicación a cuidados del familiar, que se bloquea por un sesgo emocional que delimita la objetividad de ser el cuidador, debe mantener lo posible el resto de los aspectos de su vida. En muchos casos, se acude a un terapeuta que dispone el tratamiento necesario teniendo en cuenta la intensidad de la dependencia del cuidador.
Para evitar este síndrome o disminuir el riesgo de su padecimiento, es fundamental llevar a cabo cuestiones como repartir las tareas de cuidado, evitar el aislamiento social, cuidar los niveles de estrés y tener momentos de descanso: el deporte y una vida saludable pueden ser vías de escape. Por supuesto, hablar de la evolución del paciente con familiares o amigos es una gran terapia emocional.
En Centro de Mayores Montesalud velamos por nuestros usuarios como si de un familiar se tratase, para liberar a esos cuidadores y permitir que sean profesionales cualificados los que desempeñen su trabajo con las personas dependientes, con la mayor experiencia y calidad.
Descarga el Test Zarit