El cuidado de ancianos o personas dependientes es una de las tareas más exigentes que puede llegar a tu vida, en ocasiones sin haberlo elegido. Requiere responsabilidad y compromiso en cualquiera de sus vertientes, ya sea profesional o a nivel familiar.
Existe además una implicación personal para la que se debe estar preparado a nivel físico y, sobre todo, psicológico.
Actualmente en España existe más de medio millón de personas que precisan cuidados y los estudios muestran que en su mayoría, la tarea de cuidador recae sobre la mujer.
Entre los objetivos de los cuidadores, tanto profesionales como no profesionales, está el de mejorar las condiciones de vida de la persona y, para ello, has de cuidar y mantener tu estado de salud y autonomía.
Debes encontrar las herramientas y recursos para las dificultades que surjan cada día en tu tarea como cuidador de ancianos o personas con discapacidad.
Recursos para cuidadores de personas dependientes
Al igual que tú prestas ayuda a esta persona que te necesita, es importante que cuides de ti en este proceso para dar lo mejor. Algunos recursos para cuidadores son:
Pedir información y formación. Acude a tu médico o a servicios sociales para pedir toda la información que necesites sobre la evolución de la persona de la que estás a cargo. Las complicaciones, la medicación y ciertos conocimientos prácticos evitarán sorpresas y harán que te encuentres prevenido.
Acude a expertos en geriatría si cuidas de un anciano, escucha y aprende de la experiencia. Existen programas de apoyo que proporcionan tanto ayuda personal como material, infórmate y acepta esa ayuda.
Recurre a un cuidador de confianza. Si por tu situación personal o laboral no puedes hacerte cargo del anciano o familiar, recurre a un cuidador de confianza, profesional o con experiencia en el cuidado de ancianos, que contribuya al bienestar de la persona, su calidad de vida, y tu tranquilidad.
Delega tareas. Es algo a aprender, dividir responsabilidades con otros miembros de la familia o algún profesional que liberarán de un estrés que puede pasar de lo emocional a lo físico y viceversa. El objetivo es la buena atención al anciano o persona dependiente.
Márcate objetivos reales, factibles y a corto plazo. No pienses en expectativas irreales, idealizadas. Marca objetivos cortos que puedas ir cumpliendo día a día, semana a semana.
Mantente motivado: Es difícil mantener un estado de equilibrio mental y físico en estas situaciones, por eso, reconoce todo lo que estás haciendo bien, cada logro diario. Si algún momento se falla, no será un error, será un aprendizaje.
Fomenta y aumenta tu círculo social. Es muy importante que mantengas tu vida real fuera de esta tarea de cuidado y que no absorba cada aspecto de ella. Sal, habla y comparte esta experiencia de cuidado.
Planifica rutinas. Pensar la rutina de la semana y del día a día te ayudará a priorizar en situaciones más complicadas, además de ayudarte a reaccionar ante imprevistos. Calcularás mejor tú tiempo, pero has de ser flexible, pues no todos los días cada tarea de cuidado te llevará el mismo tiempo.
Pon límites. Se darán situaciones de demanda excesiva del familiar, por ejemplo. Debes marcar unos límites entre la tarea de cuidado y la vida personal. También tienes que saber gestionar eficazmente el sentimiento de culpabilidad. Poner límites es tan necesario como saludable.
Fomenta la autonomía. Si el anciano o la persona es capaz de realizar tareas por sí mismo, es vital que fomentes su autonomía. Aunque lo haga de manera lenta, es importante mantener todas las actividades que pueda realizar.
Transmite buenas sensaciones. Para la persona que recibe los cuidados es importante no sentir que es una carga, así que es fundamental sacar lo positivo de una experiencia que puede ser muy gratificante.
En Centro de Mayores Montesalud cuidamos de nuestros ancianos con toda la atención y profesionalidad que requieren, fomentando su autonomía y capacidades y transmitiendo la mejor sensación a nuestros mayores. Su bienestar es el nuestro.