A veces, con el envejecimiento de las personas aparecen síntomas detectables que anuncian una enfermedad neurodegenerativa. Se trata de un proceso en el que las células del sistema nervioso central dejan de funcionar o mueren.
Dichas células no se regeneran ni se van sustituyendo por otras, lo que origina síntomas neurológicos característicos de la pérdida progresiva de neuronas. Algunas de las enfermedades más frecuentes son Alzheimer, Parkinson o la enfermedad de Huntington. En otras ocasiones, la neurodegeneración viene provocada por el factor genético, por el alcoholismo o un ataque cerebrovascular.
Con el aumento de la esperanza de vida en España, es previsible el incremento de estas patologías que afectarían a un gran grupo de población adulta. La peor noticia asociada a este tipo de enfermedades es que no existe cura, son irreversibles, pero sí tratamientos que ralentizan los síntomas.
Al ser una progresión degenerativa, sus efectos afectan a varias actividades que el cuerpo realiza, como el equilibrio, el movimiento, el habla, y en estados más avanzados, afecta a la respiración y las funciones del corazón. Su diagnóstico temprano ayudará a mejorar dichos síntomas, a aliviar el dolor y aumentar la movilidad.
Síntomas de la neurodegeneración
Como hemos citado, es importante reconocer los síntomas de una enfermedad neurodegenerativa para un rápido diagnóstico y tratamiento consecuente para paliar sus efectos y evite un deterioro creciente. No obstante, es importante tener en cuenta que aunque muchos síntomas sean significativos, las capacidades de las personas varían en función de los días, y se guían en numerosas ocasiones por el estado emocional.
No obstante, algunos de los síntomas más representativos son:
Pérdida de olfato: Ya sea total o parcial, la neurodegeneración puede provocar pérdida de olfato y convertirse en un síntoma temprano de Alzheimer o Parkinson.
Pérdida de memoria: Es uno de los más conocidos y más significativos; las personas con demencia tienen dificultades a la hora de recordar información de cosas que ha aprendido recientemente, fechas, lugares, nombres, citas…
Desorientación y pérdida de la noción del tiempo: se asocia a la pérdida de memoria y las personas son proclives a desorientarse en lugares que visitan frecuentemente. Incluso llegan a olvidar la razón por la que se encuentran allí. Igualmente, no son conscientes del paso del tiempo y pueden llegar a confundir pasado y futuro.
Pérdida de objetos: Con la memoria, viene relacionado el olvido de la ubicación de objetos totalmente cotidianos, como las llaves o la cartera.
Problemas de visión: Con la neurodegeneración aparecen problemas para recibir la información visual. Calcular espacios y distancias se convierte en algo difícil para las personas, así como diferenciar colores. La capacidad lectora y de comprensión también empeora.
Lentitud a la hora de tomar decisiones: Comienzan las dificultades para tomar decisiones como planear un itinerario o decidir una receta, también para seguir las indicaciones o seguir el itinerario.
Cambios en el humor y el carácter: Se experimentan cambios de humor asociados a la aparición de ansiedad, irritabilidad, los miedos y un declive depresivo en exceso.
Tendencia al aislamiento: El resto de síntomas y sobre todo el de pérdida de memoria genera en la persona temores y miedos que le hacen más difíciles las relaciones sociales. Empiezan a perder la atención en lo que dicen los demás y su tendencia es a la melancolía.
En Centro de Mayores Montesalud velamos por la detección temprana de los síntomas de enfermedades neurodegenerativas, así como el tratamiento de sus efectos en los usuarios que las padecen, siempre en pro de su bienestar.