Es un hecho que la música es, además de un placer, beneficiosa a cualquier edad. Recomendable incluso para los bebés en el vientre materno, la música acompaña durante toda la vida al ser humano, y a cada edad y circunstancia, aporta una serie de factores que contribuyen directamente a la calidad de vida.
Escuchar música, tocar un instrumento, bailar, cantar o introducirla en cualquier tarea cotidiana es fuente de vida, y en la tercera edad, aún más. Los beneficios son físicos y psicológicos, enlazando cada uno de estos dos planos para contribuir al bienestar personal.
Serían incontables todos esos avances positivos que genera la música, pero todos responden a un vínculo directo entre el cerebro y la música; las conexiones neuronales provocan que cierta canción, fragmento o determinados acordes, refuercen activamente el sistema nervioso.
La música evoca vivencias pasadas, satisface, divierte y hace sonreír, pero va más allá en cuestiones neuronales.
El entrenamiento musical
Además de en el plano psicológico, el físico y mental más relacionado con la salud también pueden verse afectados positivamente por la música. Es posible potenciar el procesamiento mental y conseguir estos efectos positivos para paliar los más negativos.
Por ejemplo, con el entrenamiento musical, se puede reducir considerablemente la pérdida de memoria vinculada al envejecimiento.
Las regiones cerebrales implicadas en la práctica musical también tienen funciones como la del lenguaje o la memoria. Así que los avances en las áreas musicales del cerebro favorecen directamente otros campos del cerebro.
En resumen, se trata de un proceso en el que los tonos musicales activan el sistema nervioso, que crea una especie de archivo que permanece abierto con cada sonido escuchado, además de estimular las distintas partes del cerebro que intervienen en la actividad. Estas zonas se “entrenan” y permiten atrasar los déficits relacionados con la vejez.
Los beneficios directos que genera la música en los adultos mayores
– Refuerzo de la memoria
– Mejora de la capacidad de aprendizaje
– Mejora de la capacidad de comunicación
– Mejora del humor y, en consecuencia, del estado mental e incluso físico
– Disminución de dolores crónicos
– Mejora del equilibrio
– Combate la ansiedad y la depresión
– Reducen el riesgo de caídas
– Combate el estrés generado por ambientes ruidosos
ALgunas actividades musicales a destacar
Si la música no forma parte de tu vida, es fundamental que la incorpores a ella, y hay innumerables maneras de hacerlo.
Canto: Desde karaoke hasta música coral, nunca es tarde para pasar a formar parte de un grupo de canto en el que, además, abrir las relaciones sociales.
Baile: Individual o acompañado, el baile mejora la psicomotricidad a cualquier edad, contribuye al equilibrio, la mejora de la forma física, mental, a la memoria y al humor.
Tocar un instrumento: Tampoco es tarde para aprender a tocar ese instrumento que siempre quisiste. Aprender creará nuevas conexiones del cerebro y retrasar el declive propio del envejecimiento.
En Centro de Mayores Montesalud contamos con la música como forma de vida. Incorporada a las rutinas con nuestros residentes, todos los beneficios de la música hacen que su estancia y su vida tengan la mejor melodía.