La disfagia en el anciano es un trastorno muy frecuente en esta población, la disfagia es la dificultad para deglutir o tragar que tiene una persona, es un trastorno grave, frecuente y bastante desconocido.
A quién afecta
La disfagia afecta a más del 50% de los mayores institucionalizados en residencias geriatricas con patologías neurodegenerativas o cerebrovasculares, a un 35% de personas que padecen parkinson, y un 45% de enfermos de alzheimer. También es uno de los síntomas principales en la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), aunque también es cierto, que hay ancianos que estando sanos pueden padecerla.
Consecuencias de la disfaga
Las consecuencias de la disfagia son nocivas para la salud y la calidad de vida del paciente que la padece, ya que pueden derivar en desnutrición, deshidratación o incluso neumonía espirativa si parte del alimento pasa a las vías respiratorias.
En el caso del alzheimer , para no optar por la alimentación enteral por sonda o peg , ya que no mejora la supervivencia, la nutrición, la calidad de vida o el riesgo de aspiración de estos pacientes y causa sufrimiento. Se asocia al incremento de medidas de restricción y aun mayor riesgo de padecer ulceras por presión.
En el Parkinson, la disfagia puede darse en fases avanzadas, pero es muy importante abordarla cuanto antes para evitar pérdidas de peso y desnutrición. Se aconsejan medidas de dieta blanda, utilización de espesantes para los líquidos y recurrir a la logopedia .Ésta juega un papel muy importante en estos pacientes y es muy recomendable para prevenir y favorecer que la deglución mejore.
La disfagia es un síntoma muy frecuente en la ELA, por lo que el tratamiento nutricional en estos pacientes va enfocado a combatir esta problemática. La dieta oral con textura modificada, la nutrición enteral y parental son recurrentes con el fin de que estas personas puedan consumir los nutrientes necesarios para evitar la pérdida de peso y la desnutricón.
Por todo ello es imprescindible un diagnóstico precoz de la disfagia, mediante métodos clínicos y/o instrumentales y que este diagnóstico lleve siempre implícito un tratamiento y una rehabilitación.