El síndrome del cuidador es un trastorno que se presenta en las personas que se ocupan de cuidar a una persona dependiente, es un trastorno común que repercute en la vida de la persona que cuida, de tal manera que puede llevarla a una situación en la que tendrá que dejar de ejercer esa ayuda.
Perfil del cuidador en personas dependientes
El síndrome del cuidador normalmente suele ser una mujer de mediana edad que es un familiar directo de la persona afectada, muy voluntariosa, compagina el cuidado de su familiar con sus responsabilidades diarias, cree que será una situación llevadera y que no se prolongará demasiado tiempo y que espera ser ayudada por su entorno más cercano.
¿Qué le ocurre al cuidador?
Los especialistas aconsejan no olvidarnos de las personas que dedican una parte importante de su vida a cuidar a una persona dependiente, porque ellos son los encargados de las necesidades básicas y psicosociales del dependiente y pueden sufrir una serie de problemas físicos, mentales, socio económicos…….etc.
Conforme va pasando el tiempo el cuidador va a asumiendo una gran carga física y psíquica, se responsabiliza por completo de la vida de la persona dependiente a la que cuida ( medicación,visitas médicas, higiene, alimentación…), va perdiendo paulatinamente su independencia ya que el dependiente le absorbe y se desentiende del él mismo: no se toma su tiempo libre y de ocio, abandona sus aficiones, olvida a sus amistades….en definitiva él mismo se paraliza en su proyecto vital y según va pasando el tiempo la calidad de vida del dependiente mejora y la del cuidador empeora.
Síntomas de alerta del síndrome del cuidador
El síndrome del cuidador se caracteriza por:
- Agotamiento físico
- Cambios de humor repentinos
- Depresión y ansiedad
- Trastorno del sueño
- Abuso de tabaco y alcohol
- Aislamiento social
- Problemas laborales
- Problemas de memoria
Consejos a tener en cuenta para el síndrome del cuidador
Los expertos aconsejan planificar, desde un primer momento, el futuro de la persona dependiente y el de la propia familia, porque aunque parezca lógico que haya un cuidador principal, no se debería sobrecargar, por ello las tareas y responsabilidades deberían estar repartidas.