El día a día y la falta de tiempo actual hace que en gran parte de los casos sea necesario contar con los servicios de un profesional que cuide de nuestros mayores, especialmente cuando falla la autonomía de la persona como en aspectos básicos como son el aseo y la alimentación.
Cuando se dan todos estos factores y se decide contar con un cuidador hay que pensar en tres aspectos básicos que han de cubrirse:
Cómo elegir el cuidador adecuado para nuestros mayores
– Ver las necesidades de la persona a quien hay que cuidar, teniendo en cuenta el grado de dependencia, las capacidades que mantiene o aspectos más personales como su carácter y preferencias.
– Valorar si solo es necesario hacer compañía y ocuparse de tareas básicas como limpiar o cocinar o bien si se necesita en buenas condiciones físicas que pueda mover y levantar a la persona o bien algún especialista en demencia o diferentes enfermedades que conlleve administrar medicamentos y que pueda resolver los problemas que conlleva
– Hacer un cálculo de las horas y días de la semana en las que se precisa ayuda, así como si hay que incluir vigilancia nocturna.
Teniendo todo esto en cuenta ya se puede realizar la entrevista oportuna donde la persona que va a ser atendida pueda participar, siempre y cuando sea capaz, para que no vea su presencia como una imposición.
La persona seleccionada debe contar con conocimientos profesionales, tener una gran capacidad de comprensión para responder correctamente y ser una persona con empatía, habilidades de comunicación, paciencia y carácter amable.
Desde Montesalud recomendamos fijar un periodo de prueba del cuidador para ver la adaptación y comprobar que la relación funciona.
De esta manera se puede estar seguro de haber escogido a la persona adecuada y que vaya, poco a poco, habituar al mayor al cambio, empezando por unas horas al día y aumentando progresivamente el tiempo de cuidado.
También hay que tener en cuenta que, algunas veces, contar con un único profesional no es suficiente para atender toda la demanda que requiere una persona dependiente.
si se da este caso, es recomendable valorar la opción de su ingreso en una residencia para mayores, donde siempre se encuentra un equipo multidisciplinar de cuidadores, enfermeros, fisioterapéutas y especialistas, como pueden ser psiquiatras y psicólogos.
Si, por el contrario, solo se requiere una atención a domicilio, no cabe duda que la presencia de un cuidador contribuye al bienestar físico y psíquico de la persona mayor.